La fiesta celebra la
vida, la fiesta es el corazón de nuestra vida porque es donde
celebramos la herencia que nos dejaron nuestros antiguos. Celebramos
nuestra vida que vivimos ahora y celebramos la vida que nos gustaría
vivir en adelante.
En la fiesta queremos
dar vida a Dios (su gloria) para que El nos de vida a nosotros y a
todos los que andamos en este mundo y esta historia. Por la fiesta
Dios nos comunica su palabra, su voluntad. Pero también en la fiesta llegan a suceder cosas que están mal porque pervierten su sentido
o destruyen la convivencia.
La fiesta es una
realidad que hay que vivir y no describir, si uno intenta describirla deja de celebrarse. Siempre se tiene un motivo para vivirla.
Hay culturas que
privilegian la fiesta, pero en la civilización del trabajo no es
así. Al contrario , en ella se considera toda actividad festiva,
lúdica, gratuita, como “pereza”. Los pueblos indios y los
esclavos africanos fueron considerados perezosos por el
colonizador. Pero en realidad es que trabajaban pero para poder
celebrar la fiesta.
Como en muchas regiones
indígenas, en el totonacapan existen fiestas fijas que se celebran
sincréticamente desde hace muchos años. Tal es el caso de las
fiestas de los santos patronales, que se realizan mediante un tipo de
organización llamadas "Mayordomías". Otras fiestas importantes es la del
día de muertos donde se colocan altares domésticos, y la de semana
santa, donde “salen en procesión las imágenes de Jesús Nazareno,
Santo Entierro y la Virgen de Dolores. Entre los totonacos esta
fiesta se relaciona con el sol, pues transcurre en la temporada de
sequía y se hacen referencias a Cristo, asociándolo con el sol”.
La celebración del 3
de mayo, el día de la Santa Cruz o Fiesta del Agua. Aunque algunos
grupos totonacos en la actualidad prefieren colocar a la fiesta
dentro de las tradiciones puramente prehispánicas y no llamarla de
la Santa Cruz, para evitar la referencia cristiana, el hecho es que
se sigue celebrando. Como en muchos otros lugares, esta fiesta se
organiza a través de Mayordomías.
Existe una relación
muy estrecha entre el agua y el trueno, el rayo. Tanto en la cultura
nahua como en la totonaca se encuentran relatos que hacen alusión a
los poderes sobrenaturales de los rayos.
Como parte de la ritualidad
totonaca, existen súplicas y rezos en los que aparecen los rayos
como personajes, al lado de los hacedores de agua (Tlaloques).
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